Corredor Biológico en el Caribe
La Iniciativa del Corredor Biológico en el Caribe (CBC), que actualmente se compone de Cuba, Haití, República Dominicana y Puerto Rico, se inició en el año 2007 con la Declaración de Santo Domingo, firmada en ese entonces por los tres primeros países. Esta iniciativa está precisamente encaminada a aunar y coordinar los esfuerzos de la región para la conservación de las maravillas de la biodiversidad del Caribe insular. Luego de más de 10 años de trabajo compartido entre los países fundadores, ya se ha sumado Puerto Rico, y Jamaica participa como observador.
Demarcación Regional
La primera demarcación del Corredor fue realizada en el año 2012. A partir de un conjunto de indicadores se identificaron en el Oriente de Cuba y en el Occidente de la Española zonas núcleos con altos valores para la biodiversidad tanto por el número de especies endémicas presentes en el área (especies que en todo el mundo sólo se hallan en el Caribe), como por su importancia para la conectividad regional.
Ese fue el punto de partida. La experiencia adquirida en estos más de 10 años de ejecución conduce hoy a pensar en la necesidad de revisar esa demarcación. Los nuevos conceptos y las nuevas indicaciones emanadas de la Reunión del Comité Ministerial en noviembre de 2014, trazaron las pautas para el trabajo futuro y establecieron nuevos retos, como la incorporación del espacio marino, que hasta ese momento no había tenido un peso en la demarcación, pues había sido esencialmente terrestre. La incorporación de Puerto Rico en 2016 es otro importante factor que demanda y lleva a la revisión y la expansión del espacio geográfico del Corredor.
En estos momentos se está en la fase de revisión y establecimiento de los conceptos, criterios e indicadores , que permitan el reajuste permanente de la demarcación geográfica del CBC, para cuando surja la necesidad de incorporar nuevos territorios en el futuro se pueda realizar de manera objetiva y transparente el ajuste con esos nuevos espacios. Una primera aproximación se espera para finales de 2019, cuando se aspira a tener una nueva demarcación que abarque a las Antillas Mayores.
Proteger más allá del Corredor
La construcción de un corredor biológico se trata de seleccionar sitios clave dónde se puedan desarrollar acciones de protección, conservación y uso sostenible que permitan la viabilidad a largo plazo de los procesos de conectividad. Evidentemente hay valores y amenazas en todo el territorio, pero los recursos son limitados, por lo que es difícil establecer prioridades de conservación.
La contribución del Corredor es justamente tratar de buscar una vinculación regional que permita priorizar los sitios clave para el mantenimiento de los procesos de conectividad y de importancia para la conservación a escala regional. Esto, a su vez, conlleva repercusiones en las políticas locales y nacionales de conservación en los cuatro países que hoy conforman a la iniciativa.
Por ejemplo, si dentro del CBC se halla una especie de amplia distribución que se extiende fuera de las fronteras, pero que tiene políticas de conservación diferentes en los distintos territorios, se buscará llegar a una estrategia común para lograr su conservación. Al hacer esto se benefician todos los países que se esfuerzan en la protección o uso sostenible de esa misma especie, logrando un impacto positivo “más allá de la frontera del Corredor Biológico en el Caribe”.
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